viernes, 5 de mayo de 2017

Integración y cultura en el Caribe


Carlos Andújar Persinal
Página editorial periódico El Caribe
sábado 15 de julio de 2000

El tema de los bloques de integración regionales es materia de discusión y de agenda de los principales gobiernos del mundo y el Caribe no escapa a ello.

Es incuestionable el valor que tiene para la economía de nuestros países la creación y/o participación en un bloque regional que unifique nuestras economías, mercados, precios para que de esa manera podamos colocarnos en mejores condiciones de negociación con las grandes economías mundiales, sobre todo, la norteamericana.

En el caso dominicano, yo pienso que debemos partir, de lo particular a lo general, es decir, de Haití que es lo más cerca que tenemos, para luego seguir con otras islas caribeñas, que nos resulten más beneficiosas. No podemos saltar a un bloque regional global, que por ambicioso, dificulte los éxitos parciales, graduales, pequeños, hasta lograr beneficios más sustanciales.

CIEN AÑOS DE MEMORIA SOCIAL. El movimiento mesiánico Liborista. 1910-2013


Encuentro sobre la memoria social. Universidad Antille-Guyannes
Martinica, abril 2013
Carlos Andújar Persinal
Introducción
En América Latina y el Caribe, el mundo sagrado ha adquirido una dimensión verdaderamente grande en el conocimiento de la fenomenología cultural que explica, no sólo identidades diversas y mestizadas, sino también mentalidades que han conjugado diferentes cosmogonías en un mismo espacio que la historia y la cultura se han encargado de recomponer favorablemente un escenario particularmente especial en lo social y lo cultural, apoyado en una historia que, marcada por la llegada de los europeos al continente en 1492, cambió el curso de los pueblos  aborígenes del continente, pero igualmente de los demás continentes que se hicieron presentes, forzados o no, en esta, llamado por el intelectual Eduard Glissant, la primera globalización, en conferencia dictada en Santo Domingo en las celebraciones de la Feria Internacional del Libro 2002.
En el marco de esa realidad socio-histórica y cultural, América pero sobre todo el Caribe es un laboratorio de experimento social y cultural pues esta es la región de América donde estos encuentros culturales tuvieron mayor repercusión ya que fue el lugar convertido en frontera imperial como le llamara el profesor Juan Bosch a uno de sus libros, mostrando con ello la fuerza de la región como espacio de confrontación de la geopolítica internacional y en especial de Europa.

jueves, 4 de mayo de 2017

Paladar y cocina. Cultura y biología


Por muchas razones, la antropología como ciencia de la cultura le ha prestado singular importancia a la comida y a la cocina como ritualidad social, expresión de placer, arte y valor gustativo, además del puro hecho de su valor reproductora como fuente alimenticia.
Precisamente ese valor gustativo está relacionado a lo que denominamos cultura y biología, la relación intrínseca entre lo preparado como sabor que construye a su vez un palada, un gusto, en que se combina en ello la flora y fauna del entorno, las especies, olores, aceites, raíces y otros ingredientes hasta llegar a la exacta combinación que produce un sabor particular que ya es de hecho cultural y todo ello termina por delinear una manera de hacer y combinar, plantas, especias, cocción y tiempo y manera de preparación.

Africanía y caribeñidad

Africanía y caribeñidad,
un Encuentro para la historia
Sendero cultural. Clave Digital
Carlos Andújar

En el Centro Cultural Eduardo León Jimenes en Santiago de los Caballeros, se llevó a cabo recientemente (17 de marzo), un Encuentro preparatorio para la gran cita de la República de Sudáfrica que tendrá a efectos en julio de este año con el tema: II conferencia de la Diáspora Africana, y en cuya convocatoria participó directamente como convocante, la Embajada de Sudáfrica para Cuba y República Dominicana.

El evento surgió como iniciativa de la Señora Embajadora de Sudáfrica en Cuba Excelencia Thenjiwe Mtintso, con la idea de dar seguimiento a algunas tareas contempladas en la Declaración de Kingston, Jamaica donde se había celebrado la I Conferencia de la Diáspora Africana. Concebido como un Encuentro preparatorio, esta jornada incluiría aspectos de la Primera Conferencia y desafíos de la Segunda Conferencia, de ahí su importancia. Pero Tal vez, más importante resultó haber seleccionado a la República Dominicana y en especial al Centro león como escenario para el Encuentro, por la importancia que revista para nosotros como país desplegar una labor cimera para redituar la africana en nuestro pueblo.

martes, 6 de enero de 2015

LA GESTA DEL 27 DE FEBRERO. IDENTIDAD Y DOMINICANIDAD

Carlos Andújar Persinal, 2012
La dominicanidad como un constructo socio-histórico y cultural
La Dominicanidad que es un constructo histórico, social y cultural tiene sus antecedentes en el proceso de constitución de la identidad cultural de un conglomerado de hombres y mujeres de distintas partes del mundo que se encontraron en estas tierras para ir tejiendo una mentalidad, una forma de ser y una manera de pensar propia en un tiempo y en un lugar.
Aborígenes, españoles, africanos y más tarde árabes, chinos y de otras partes se juntaron en este suelo y le fueron dando formas a un proyecto de nación que logra su madurez en 1844 con la acción patriótica del 27 de Febrero iniciada en la Puerta de la Misericordia con el trabucazo de Ramón Matías Mella, temprano en la mañana, para continuar con la entrega de las llaves de la ciudad por parte de las autoridades de ocupación haitianas en la Puerta del Conde.
Transitando acontecimientos anteriores, hechos y circunstancias de diferentes naturaleza, el hito de la Independencia conjuga todos esos esfuerzos acumulados. No obstante, el 27 de febrero de 1844, los factores tanto internos como externos se articularon y se produjo el hecho que hoy conmemoramos con gran festejo y alegría.
Muchos estudiosos de la historia entienden que sin identidad no hay nación. Ese sentimiento de diferencia que genera el sentido de pertenencia a un suelo, una cultura, un grupo social y a un pasado histórico, solo es posible alcanzarlo cuando el principio de
alteridad, es decir yo en relación a los demás, ha terminado de formarse en un conglomerado, dando paso al principio de diferencia.

Los toros del Cristo de Bayaguana

El 28 de diciembre y días antes llegan a la comunidad de Bayaguana feligreses desde distintos puntos del país para celebrar la peregrinación del Cristo de Bayaguana.

La particularidad de esta celebración estriba en la donación de reses a la iglesia de Bayaguana, y esta entrega tiene por función, además de una ofrenda por devoción al Cristo, ayudar al mantenimiento de las actividades de la iglesia.

La tradición se remonta a la época colonial ligada a las comunidades de Bayajá y Yaguana, incendiadas durante las devastaciones de Osorio en los año de 1605 y 1606. La devoción al Cristo estaba relacionada con el  encuentro en las costas del norte de la isla, de la imagen en madera de Cristo , por parte de un niño, hecho considerado milagroso.

Trasladadas las comunidades a esta parte de la isla, trajeron consigo el Cristo, el cual fue fundido en una masa de metal,  producto del dinero de las ofrendas, cayendo éste extrañamente en un punto que resultó ser el lugar donde se construyó la antigua iglesia de Bayaguana.

martes, 25 de noviembre de 2014

El autoritarismo como cultura. Carlos Andújar Persinal

Con frecuencia se dice que nuestra sociedad tiene una cultura autoritaria y de inmediato pensamos que esto es algo inherente culturalmente a nosotros. Estas manifestaciones de autoritarismo no sólo están presentes en la sociedad política, sino que también se manifiesta en la sociedad civil y otros estamentos menos formales como la familia y hasta en las relaciones entre amigos.

No somos un pueblo autoritario por que es parte de un legado cultural y por tanto somos así como resultado de esos factores culturales. No, yo pienso que esta es una sociedad autoritaria porque ha tenido una clase política, un discurso, una prácticas e instituciones autoritarias y gran parte de su construcción histórico-política, desde su vida colonial hasta la republicana, está matizada por unas relaciones de fuerza, de gobiernos totalitarios y, sobre todo, de un predominio del presidencialismo que marca con desigual relación dominados y dominantes.