* Se debate hoy acerca de la vida y la
muerte del folklore y como expresión de creatividad popular, como manera de
hacer, pensar y decir las cosas simples de la vida, pero con un gran sentido
colectivo, genuinamente autentico y con sabor a pueblo.
* El folklore desde su invención como
concepto en el siglo XIX, se enmarca en un espacio particularmente original, es
el saber del pueblo, la voz popular y la ausencia de autoría, y yo agrego, la
sapiencia popular, la capacidad creativa para oponerse a las adversidades, es
la manera como los pueblos echan manos de su inteligencia, talento e
imaginación para sobre llevar la vida, el dolor, la pena, la alegría, el amor,
la muerte, lo lúdico, lo prohibido, lo satírico, en fin una forma de compartir
con imaginación la cotidianidad.
* Si así resultare, folklore es todo lo
que hacemos a diario que contribuye con nuestra existencia, en un lugar, en un
grupo humano, en un tiempo determinado. Por tanto el folklore es permanente en
su construcción y desafío, es dinámico y mutante a la vez. Muere y renace en
cada manera de existir de los grupos y conglomerados humanos.
Ballet Folklorico en presentacion publica |
* En
consonancia con este enfoque, el folklore, como todo hecho de la cultura, a
la vez que diacrónico, es decir cambiante, es también sincrónico, es decir constante
y por tanto cambia y se recicla. Es natural que algunas manifestaciones bajo
ese argumento dialéctico, desaparezcan pero rápidamente son sustituidas por
nuevas y aireadas expresiones folklóricas que pasan a suplir estas necesidades
por las cuales son demandadas. El Estado, sus instituciones, la migración, el
turismo, la globalización, pueden ser agentes externos contaminantes en el
interés de preservar determinadas manifestaciones folklóricas o en la
consecución de políticas que lo fortalezcan, por tanto no pueden ser omitidas
en un enfoque critico acerca del folklore, naturaleza y alcances.
* Sin embargo, podría
tener sentido hablar de crisis del folklore en sus aspectos institucionales o
por efecto del influjo de manifestaciones culturales que amenazan en un momento
determinado a algunas expresiones folklóricas, pero no debemos temer a eso,
pues sostengo como axioma que lo que en el folklore pierde funcionalidad, razón
de ser, además de significación, desaparece, por que la cultura no es para
contemplarla, el hecho cultural y folklórico, se crea para satisfacer
necesidades humanas de variados tipos, por cuanto, si deja de cumplir ese
cometido, entones estamos ante lo que especialistas del tema denominan el
folklore muerto, que se produce a su vez, en contrapunto al folklore vivo, al
de la cotidianidad. Bajo ese principio dialéctico, de lo nuevo y lo viejo,
pervive el hecho folklórico.
* El merengue de
la calle es una expresión reciente de la cultura popular, no sabemos quien
particularmente lo creó, se inició en los barrios y aunque hoy tiene muchos
creadores, no tiene una autoría personal que la identifica. Es esta modalidad
de merengue, una creación nueva y por su naturaleza, una expresión de folklore
social.
* Quizás en esta
discusión no es inoportuno reflexionar acerca de los cambios en la cultura. El
marco conceptual que acompaña al hecho folklórico, que es de naturaleza antropológica
también, es parte del diálogo en la medida que bien conceptualizado el término
cultura, resulta mas fácil entender el de folklore por que van de la mano.
* De cualquier manera, tradición, costumbres y manera de hacer las cosas que caracteriza a
un grupo determinado no se mantiene fijo en el tiempo, la apertura, el intercambio,
el préstamo, el reciclaje y la readecuación cultural además de la creación de
nuevas maneras de decir y hacer las cosas terminan imponiéndose y en ese
proceso, las tradiciones folklóricas se tambalean, pues no debemos de concebir
el folklore como algo estático o referido al pasado, las tradiciones pueden
pervivir aun cambiando, de ahí que la necesidad de concebir el folklore como
algo en movimiento nos ayude a entender estos proceso complejos de cambios e
incluso extinción de manifestaciones culturales que, en muchos casos, aunque
permanezca vigente en un grupo cultural, pueda ser afectada por la ausencia de
continuadores u otros factores igualmente contaminantes.
Toque de palo de muerto, Banco de palo en Villa Mella. |
* Por
ello, pensar el folklore con sentido romántico no contribuye a entenderlo
en su dinámica, sus alcances y complejidades. Como todo hecho de la cultura, el
folklore se ve igualmente amenazado a que muchas de sus expresiones
desaparezcan sea por una visión cerrada de sus portadores, como resultado de
factores externos que ponen en peligro la tradición o por ausencia de una articulación
generacional que dé continuidad a la tradición y ante esos problemas que son
comunes y frecuentes, solo sobreviven aquellas manifestaciones culturales
flexibles, elásticas y mutantes que logran imponerse a las adversidades, aunque
la reflexión que nos queda en el estudio de la cultura, se relaciona al hecho
de que sobrevive lo que aun posee significación para los grupos portadores.
* Los estudiosos del folklore, tienen por misión estudiar, evaluar y definir tendencias y
situaciones particulares de las distintas manifestaciones culturales del
pueblo, sugerir acciones preventivas ante los riesgos de muchas de estas
tradiciones y proponer programas de intervención sin que ello implique la
sustitución de los protagonistas.
Cualquier otra consideración corre el riesgo
de contaminar los procesos o alterar las tendencias inevitables de las
tradiciones.
* Por eso vemos a
veces con dolor como tradiciones folklóricas de gran significación social y
para los grupos portadores originales, como la Cofradía de los Congos del
Espíritu Santo de Mata los Indios en Villa Mella, corre el riesgo seriamente de
ser afectada en su continuación, reproducción y proyección social. Múltiples
factores corroen los cimientos sobre los cuales se fundamenta la misma, es
posible que una evaluación a distancia nos arroje debilidades estructurales de
la misma y aquejadas hoy por factores externos como migración, urbanización, modernización,
ausencia de políticas de articulación generacional, conflictos internos,
problemas de herencia, incremento del interés monetario y otras causantes,
debilitan grandemente la posibilidad de continuidad de esta tradición folklórica.
* Solo una toma de
conciencia de sus portadores, posibilitaría su relanzamiento y ello acompañado
de políticas y programas de intervención y colaboración que permitan reorientar
el estado actual de esta tradición, que de no corregirse estas debilidades, se
toma el riesgo de que desaparezca o se reduzca la misma a un impacto social
intrascendente. En este caso, el estudioso contribuye al diagnóstico y
sugerencia, jamás a la sustitución o contención de los procesos naturales de
los mismos.-
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