lunes, 4 de junio de 2012

EL FOLKLORE. Un punto de vista




* Se debate hoy acerca de la vida y la muerte del folklore y como expresión de creatividad popular, como manera de hacer, pensar y decir las cosas simples de la vida, pero con un gran sentido colectivo, genuinamente autentico y con sabor a pueblo.

* El folklore desde su invención como concepto en el siglo XIX, se enmarca en un espacio particularmente original, es el saber del pueblo, la voz popular y la ausencia de autoría, y yo agrego, la sapiencia popular, la capacidad creativa para oponerse a las adversidades, es la manera como los pueblos echan manos de su inteligencia, talento e imaginación para sobre llevar la vida, el dolor, la pena, la alegría, el amor, la muerte, lo lúdico, lo prohibido, lo satírico, en fin una forma de compartir con imaginación la cotidianidad.

* Si así resultare, folklore es todo lo que hacemos a diario que contribuye con nuestra existencia, en un lugar, en un grupo humano, en un tiempo determinado. Por tanto el folklore es permanente en su construcción y desafío, es dinámico y mutante a la vez. Muere y renace en cada manera de existir de los grupos y conglomerados humanos. 

Ballet Folklorico en presentacion publica


 * En consonancia con este enfoque, el folklore, como todo hecho de la cultura, a la vez que diacrónico, es decir cambiante, es también sincrónico, es decir constante y por tanto cambia y se recicla. Es natural que algunas manifestaciones bajo ese argumento dialéctico, desaparezcan pero rápidamente son sustituidas por nuevas y aireadas expresiones folklóricas que pasan a suplir estas necesidades por las cuales son demandadas. El Estado, sus instituciones, la migración, el turismo, la globalización, pueden ser agentes externos contaminantes en el interés de preservar determinadas manifestaciones folklóricas o en la consecución de políticas que lo fortalezcan, por tanto no pueden ser omitidas en un enfoque critico acerca del folklore, naturaleza y alcances.

* Sin embargo, podría tener sentido hablar de crisis del folklore en sus aspectos institucionales o por efecto del influjo de manifestaciones culturales que amenazan en un momento determinado a algunas expresiones folklóricas, pero no debemos temer a eso, pues sostengo como axioma que lo que en el folklore pierde funcionalidad, razón de ser, además de significación, desaparece, por que la cultura no es para contemplarla, el hecho cultural y folklórico, se crea para satisfacer necesidades humanas de variados tipos, por cuanto, si deja de cumplir ese cometido, entones estamos ante lo que especialistas del tema denominan el folklore muerto, que se produce a su vez, en contrapunto al folklore vivo, al de la cotidianidad. Bajo ese principio dialéctico, de lo nuevo y lo viejo, pervive el hecho folklórico.

* El merengue de la calle es una expresión reciente de la cultura popular, no sabemos quien particularmente lo creó, se inició en los barrios y aunque hoy tiene muchos creadores, no tiene una autoría personal que la identifica. Es esta modalidad de merengue, una creación nueva y por su naturaleza, una expresión de folklore social.

* Quizás en esta discusión no es inoportuno reflexionar acerca de los cambios en la cultura. El marco conceptual que acompaña al hecho folklórico, que es de naturaleza antropológica también, es parte del diálogo en la medida que bien conceptualizado el término cultura, resulta mas fácil entender el de folklore por que van de la mano.

* De cualquier manera, tradición, costumbres y manera de hacer las cosas que caracteriza a un grupo determinado no se mantiene fijo en el tiempo, la apertura, el intercambio, el préstamo, el reciclaje y la readecuación cultural además de la creación de nuevas maneras de decir y hacer las cosas terminan imponiéndose y en ese proceso, las tradiciones folklóricas se tambalean, pues no debemos de concebir el folklore como algo estático o referido al pasado, las tradiciones pueden pervivir aun cambiando, de ahí que la necesidad de concebir el folklore como algo en movimiento nos ayude a entender estos proceso complejos de cambios e incluso extinción de manifestaciones culturales que, en muchos casos, aunque permanezca vigente en un grupo cultural, pueda ser afectada por la ausencia de continuadores u otros factores igualmente contaminantes.

Toque de palo de muerto, Banco de palo en Villa Mella.


 * Por ello, pensar el folklore con sentido romántico no contribuye a entenderlo en su dinámica, sus alcances y complejidades. Como todo hecho de la cultura, el folklore se ve igualmente amenazado a que muchas de sus expresiones desaparezcan sea por una visión cerrada de sus portadores, como resultado de factores externos que ponen en peligro la tradición o por ausencia de una articulación generacional que dé continuidad a la tradición y ante esos problemas que son comunes y frecuentes, solo sobreviven aquellas manifestaciones culturales flexibles, elásticas y mutantes que logran imponerse a las adversidades, aunque la reflexión que nos queda en el estudio de la cultura, se relaciona al hecho de que sobrevive lo que aun posee significación para los grupos portadores.

* Los estudiosos del folklore, tienen por misión estudiar, evaluar y definir tendencias y situaciones particulares de las distintas manifestaciones culturales del pueblo, sugerir acciones preventivas ante los riesgos de muchas de estas tradiciones y proponer programas de intervención sin que ello implique la sustitución de los protagonistas.
Cualquier otra consideración corre el riesgo de contaminar los procesos o alterar las tendencias inevitables de las tradiciones.

* Por eso vemos a veces con dolor como tradiciones folklóricas de gran significación social y para los grupos portadores originales, como la Cofradía de los Congos del Espíritu Santo de Mata los Indios en Villa Mella, corre el riesgo seriamente de ser afectada en su continuación, reproducción y proyección social. Múltiples factores corroen los cimientos sobre los cuales se fundamenta la misma, es posible que una evaluación a distancia nos arroje debilidades estructurales de la misma y aquejadas hoy por factores externos como migración, urbanización, modernización, ausencia de políticas de articulación generacional, conflictos internos, problemas de herencia, incremento del interés monetario y otras causantes, debilitan grandemente la posibilidad de continuidad de esta tradición folklórica.

* Solo una toma de conciencia de sus portadores, posibilitaría su relanzamiento y ello acompañado de políticas y programas de intervención y colaboración que permitan reorientar el estado actual de esta tradición, que de no corregirse estas debilidades, se toma el riesgo de que desaparezca o se reduzca la misma a un impacto social intrascendente. En este caso, el estudioso contribuye al diagnóstico y sugerencia, jamás a la sustitución o contención de los procesos naturales de los mismos.- 

Carlos Andujar Persinal

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