miércoles, 7 de marzo de 2012

Una leyenda aun viviente sobre aparición de aborígenes en el sur



Hace un tiempo que viajo con frecuencia a la provincia de San Juan de la Maguana y me retroalimento de muchas de sus tradiciones y referentes culturales. La zona es rica en vudu dominicano, liborismo, música tradicional, cofradía que por demás tiene dos: la de San Juan Bautista y la del Espíritu Santo, su culinaria es diversa y con signos de particularidad que le impregna sello propio como el chenchen y el buche de perico entre otras esplendidas formas gastronómica, como de gran fuerza, espectacularidad y originalidad resulta su carnaval.

Sin embargo, el protagonismo aun de la palabra y el papel de la oralidad destacan su imaginario y dan esencia a su relación con el pasado que se niega a desaparecer del escenario de la modernidad y cambios que sufre la región como resultado de transformaciones económicas, sociales y culturales que impactan su devenir.

Recientemente participé junto a otro académico de la UASD en el Centro universitario de allí, en una clase de la profesora Milquella Mateo sobre el tema de historias contadas, experiencias vividas por visitantes y residentes cercanos a la cueva de Seboruco en los alrededores de la comunidad de Sabaneta, quienes afirman haber visto en ocasiones indígenas que salen y entran de dicha cueva a buscar agua a un lugar cercano.

Ilustración de la época colonial que muestra aborígenes con tipo continental-


Los informantes los describen con el tipo físico como suelen ser figurados por la historia: cabellera larga, lacia y negra, tez quemada y vestido a la usanza tradicional. En dicho encuentro con estudiantes de la región quienes por demás realizaban un documental sobre el tema, los había que contaban su propia experiencia vivencial y otros que se hacían eco de la tradición oral de campesinos y residentes de los lugares cercanos que afirman este hecho de gran capacidad imaginativa.

No olvidemos que San Juan de la Maguana es un lugar, tan solo se le acerca Azua otra provincia vecina, donde la cultura taina se respira en el mismo oxigeno que se respira la africania que le es propia y la influencia de otras migraciones que también han dejado huellas en su memoria y accionar cultural cotidiano.

Estudiar la cultura de San Juan de la Maguana al margen de su fisonomía cultural es un contrasentido, la impronta de un pasado prehispánico que marcó la zona, dejó cicatrices presentes hoy como la Plaza ceremonial de los Indios, la valentía del cacique Canoabo, la distinguida y especial presencia de la única cacique mujer que trascendiera a la historia: Anacaona, yacimientos indígenas, rastros arqueológicos y de arte rupestre, sin contar los hechos relevantes de rebeliones y sublevaciones en sus cierras y monterías, todo lo cual sin dudas nos remontan a un pasado esplendoroso, lo cual supone un atavío del inconsciente con ese pasado glorioso.

Estos hechos particulares de la historia hacen que el sanjuanero se adueñara de un pasado que lo ha hecho suyo como signo identitario de la región, que junto a otras manifestaciones del folklore local, se presentan como marca-provincia, nos referimos a la herencia taina.

Entrada al altar de Dona Ramona Uribe en Canaffstol de San Juan de la Maguana en la celebración de los 9 días de su fallecimiento.


Es en estas circunstancias es que se desarrollan estas leyendas populares como recurso de supervivencia de los grupos, mecanismo de identidad con un pasado con el cual no se ha producido ruptura, al menos en el imaginario de la gente y por supuesto, con una fuerza creativa y narrativa capaz de vencer el tiempo, lo imposible, la incredulidad de muchos y vivir la contemporaneidad como leyenda viva en quienes la protagonizan como experiencia de vida.

A pesar de la firmeza de sus narradores, la aparición de aborígenes en la cueva de Seboruco de Sabaneta en San Juan de la Maguana se inscribe en el marco estricto de una leyenda que como tal cumple una función en el imaginario, la identidad y reproducción de los grupos portadores de la misma sin que ello signifique un hecho comprobable de la arqueología, la antropología u otra de las ciencias afines que se involucran en este tipo de estudio.

Sin embargo su fuerza radica en su vigencia, la validación social de los grupos y los testimonio que la reproduce como verdad contada, aceptada y transmitida de generación en generación y de grupo a grupo apoyada en una tradición oral fuerte y con eficiencia comunicativa y de proyección social y temporal.-

Carlos Andujar

martes, 6 de marzo de 2012

El carnaval dominicano. Algunas reflexiones



El pasado domingo 4 de marzo del 2012 observé el desfile de carnaval en mi condición de jurado. Muchas cosas como ¨pendenciero¨ de tan espectacular manifestación de cultura popular, podría comentar y reflexionar.

Primeramente se hace evidente un esfuerzo por consolidar nuestro carnaval desde la acera de los grupos carnavaleros portadores de tan vieja tradición. Insisto, no obstante, en la necesidad de fortalecer ciertos marcos formativos entre gestores culturales, carnavaleros propiamente y otros sectores más involucrados en la responsabilidad de crear comparsas o mantener la asiduidad de otras.

Veo a veces un divorcio marcado entre la temática escogida como motivo de la comparsa, con los contenidos presentados sobre todo en lo concerniente a los renglones históricos, tradicional y creatividad popular.

Por momento da la impresión que desconocemos el mensaje que queremos enviar. Posiblemente la pobreza y postración en que se encuentra la educación nacional, se refleje en esta dolencia que si bien el plano evaluativo ha de considerar el escenario del carnaval y por tanto la flexibilidad del mismo, no deja de ser preocupante desde una perspectiva critica que supone una actitud de avance y mejoría de esta gran convocatoria entre quienes nos duele con sentido investigativo y funcional, el carnaval dominicano.

Esta vez pudimos ver otro tema de conflicto que ha de ser evitado para una sanidad del mismo, la participación de una comparsa de un partido político, con su líder como participante, los colores del partido y sus siglas. Jamás debió permitirse eso, los organizadores con quienes hablé no estaban al tanto de lo sucedido, por tanto dejamos
el hecho a una malsana instrumentalizacion política, consciente de quienes así actuaron, pero desacertada en su impacto y como iniciativa de ese tipo de convocatoria.

El carnaval debe dejarse al talento, creatividad y espontaneidad del pueblo, sabiendo que es una manifestación de altísimo contenido político y de critica y sátira al funcionamiento de la sociedad, pero nunca partidaria, cuidado con eso.

Igualmente impactante y cuestionadota para mí resultó la participación de una comparsa de un  movimiento cristiano, cuya forma de participación se alejó de lo que muchos llamamos, el lenguaje del carnaval. Si bien es cierto que hay comparsas de la religiosidad popular y temas religiosos como parte de las comparsas que siempre han participado en el carnaval, no menos cierto es el hecho de que su participación se ha inscrito en un ambiente de sátira, critica a lo establecido, música, alegría, colorido, danza, etc.

La participación de la comparsa El Arca de Noe, se alejaba de ese lenguaje y se adscribía a su rutinaria manera de ver el mundo, mientras que el carnaval es una negación de lo establecido, es una inversión del mundo, al menos mientras dure la festividad.

Un exceso de democratismo podría contaminar el espacio de libertad y catarsis que representa el carnaval, es por ello que advierto a los organizadores, prestar atención de tales medidas sin que ello signifique coartar el derecho y la apertura del carnaval, pero sabiendo que su participación se ha de inscribir en determinados parámetros, so pena de convertirlo en un desfile de temas y propuestas sociales y entonces pierde su naturaleza de fiesta de la carne, la lujuria, lo controversial y lo satírico y podría pierde su función social terapéutica.

Finalmente, nos preocupa la absorción de los Alí baba en cuanto a la música del carnaval que termina tragándose las otras inspiraciones, coreografía y comparsa, fenómeno que viene de lejos y cada vez adquiere mayor dimensión con la salvedad que podría desplazar otras variadas expresiones creativas populares.

Lo grave de esto es que observo una tendencia en la capital hacia el desplazamiento de comparsas tradicionales como la de los diablos cojuelos, por formas de Alí baba y otras comparsas de fantasías que lentamente se van haciendo dominantes en la participación de las distintas zonas de la capital, empobreciendo su riqueza y diversidad.

Diablos cojuelos de la capital.
Como también es de rigor dar seguimiento a los carnavales que se desarrollan en distintas partes del país algunos de los cuales ni tienen el tiempo necesario, ni la tradición requerida, ni el contagio debido entre sus gentes. Asumido como tarea por gestores culturales lo cual es encomiable, no deja de preocupar que algunos de estos carnavales arrancan bien y luego se empobrecen. Otros como Barahona y San Juan de la Maguana se transforman en verdaderos hervideros de creatividad y talento compitiendo con los mejores del país en calidad y diversidad. Sin embargo sigo creyendo que debemos prestar atención a estos casos pues no siempre resultan factibles, aunque en los casos que sea pertinente, ayudarlos a desarrollase.-


Carlos Andujar