martes, 17 de enero de 2012

Una cultura urbana que se anida


Una cultura urbana que se anida

Las transformaciones sociales que vive la sociedad dominicana en todos los aspectos de la dimensión social y cultural es notable en las modalidades y estilos de vida que acompaña a la ciudad de Santo, que sigue siendo la de mayor impacto social y cultural del país.

No solo los graffittes son un símbolo urbano presentes en la ciudad de Santo Domingo, sino también los desplazamientos en las convocatorias y encuentros sociales que cada fin de semana y hasta los días comunes de la semana, es posible observar en los Centros y Plazas Comerciales cada vez mas concurridas y visitas por distintos públicos, dominantemente jóvenes.

La música y formas de diversión expresan otras experiencias, otras visiones y otros gustos. Lógicamente que hay en todo esto también una impronta social y de clase evidente y que refleja precisamente estos procesos de exclusión pero igualmente cercanos a esta nueva cultura urbana que domina la sociedad actual,

Posiblemente convocados por el celular estos jóvenes han ido ganando espacio social y la ciudad se define a partir de sus intereses comunes y generacionales.

La ciudad lleva un ritmo metamórfico que a veces asusta, en su paisaje urbanística, arquitectónico, y de socialización. Nos preocupa sin embargo, que este avasallante e improbable detenimiento de cambios, no sugiere en nosotros temores, cada generación es hija de sus utopías y expectativas y le impregna a la sociedad, sus estilos y grupos y mundo cultural, su manera de asimilación del referente histórico, social y cultural de su contemporaneidad, a veces lo que se divorcian, son las generaciones en la forma en que estos son no solo interpretados sino, y sobre todo, explicados.

La visión de que estos jóvenes no tenían sueño, se opuso la ocasión de la demostrabilidad y desde la ciudad de Santo Domingo y Santiago, se levanto un movimiento social urbano, citadino, de reafirmación de una pertenencia y defensa capaz de frenar la razón de Estado.

Desde las ciudades se experimentan alteraciones del patrón de vida y al mismo tiempo nos indica un dominio eminentemente urbano de las ciudades, que nos obliga a pensarla como laboratorio de los desafíos del porvenir.

Concentrando la mitad de la población del país, Santo Domingo y Santiago, son espacios de vida que marchan a contrapelo de las amenazas sociales, de los traspiés de la política, del atraso social de una vida urbana moderna, de espacios públicos agradables  de descanso espiritual.

Cultura a ritmo acelerado, la ciudad de Santo Domingo, mas que Santiago, se compromete cada día a ser vida en su propia densidad, en su mismicidad poética desplazada por una cotidianidad e inmediatismo tercermundistas, que oculta sus secretos y nos convoca a descubrir su encantos y vivirla, a contrapunto de la modernidad, en una postmodernidad cosmopolita y atemporal.

© Carlos Andujar

No hay comentarios:

Publicar un comentario