martes, 21 de octubre de 2014

La agüita de Olivorio Mateo en Maguana Arriba

Suplemento Cultura del Siglo. 17/09/01


Recientemente realicé un par de visitas con estudiantes míos y acompañado de otros investigadores a la comunidad de Maguana Arriba, en la provincia de San Juan de la Maguana, con motivo de unas investigaciones de religiosidad popular que hacía en esos momentos. Como parte del viaje incluí la visita a la agüita, centro de peregrinación importante de los Olivoristas del sur.

La sorpresa al llegar al lugar donde se inicia el recorrido a pie, es decir, donde está el calvario, fue encontrar una pequeña y rústica carretera o camino transitable, obra realizada por un funcionario de la localidad comprometido con la tradición y cumpliendo un viejo deseo.

Otras obras realizadas al interior de la agüita, han acomodado al visitante y remodelado el lugar. Es tal vez, de las pocas veces que se hace una inversión pública en un escenario de representación de la cultura popular, lo cual felicitamos y apoyamos.




El lugar como siempre, estaba frecuentado por peregrinos de distintos lugares del país, que hacían sus peticiones, tanto en el lado de la ermita, como en cada posada de las cruces o calvarios que entornan su recorrido. Pero, también esta visita se corona con el baño en la agüita o arroyo natural que se encuentra en el lugar.

Resulta todavía más extraordinario saber, la frecuencia y la cantidad de gente que allí va a encontrar alguna explicación a sus desventuras y desafueros personales. Es obvio contactar que varias décadas después del enfrentamiento con esta vieja tradición mesiánica, la memoria social, no sólo retiene su valor como referente sagrado, sino que recurre al mismo como apelativo alternativo ante los grandes sufrimientos humanos.

En ese viaje encontramos la llegada (para la celebración del día de San Juan, patrono de la provincia), de un contingente de personas provenientes de la ciudad capital que iban en retirada de fin de semana para festejar en grande el día del santo. Pudimos ver cómo se desmontaba del camión: un saco de arroz, varios sacos de víveres, una lata de aceite, una estufa móvil, un tanque de gas, varias cajas de cervezas, de ron por igual, y lo que no podía faltar, los atabales con los que se tocaría durante los tres días que duraría el retiro en el mismo lugar de la agüita

Este hecho nos puso a pensar cuan vivo están estos referentes sagrados y populares en el imaginario del pueblo dominicano, toda vez que, esta es una de tantas peregrinaciones que se realizan al lugar y que cubren varios días, la cual se puede realizar en distintas épocas del año, por lo que el sitio es un verdadero centro de atracción de los creyentes de Olivorio Mateo, práctica que, aunque desaparecida formalmente, perviven sus remanentes de manera firme en la conciencia de sus adeptos.

Para este año, la Secretaría de Estado de Cultura, encabezada por el propio Sr. Secretario de Estado de Cultura, Lic. Tony Raful, asistió a la inauguración de las obras de infraestructuras realizadas por las autoridades de la comunidad, para lo cual el Sr. Secretario de Estado de Cultura se comprometió en la celebración de un acontecimiento de gran valor para el fortalecimiento de nuestra memoria social y del principio de la defensa y respeto de la diversidad cultural que enarbola la UNESCO; nos referimos a la celebración del 80 Aniversario de la muerte de Olivorio Mateo, por parte del ejercito de ocupación norteamericana en 1922. Esta actividad es coordinada por la investigadora Lusitania Martínez y el Museo del Hombre Dominicano.

Esta iniciativa, se mantiene en la línea de recuperar los valores culturales más importantes, del acervo nacional y de la fuerza que tienen estas creencias en un sector de la población, razón considerada por nosotros de gran valor.

Pero voy más y creo que esta zona debe ser incluida en una ruta cultural, que desplace a los estudiantes, sobre todo a los universitarios y a los de término del bachillerato hacia el lugar, con la finalidad de mostrar un espacio cultural con historia, testimonios, cultura viva, significado en la construcción de nuestra identidad cultural, fuerza en la memoria social del pueblo dominicano, testigos vivos, etc.

Como sabemos, a este lugar está estrechamente unido el calvario, que se convierte en el primer lugar de pausa en el recorrido, encontrado encima de un cerro, de donde se vislumbra el antiguo cause del río que recorría el pequeño llano, y los ambientes de montañas frecuentados por Olivorio Mateo, en las primeras dos décadas del siglo XX.

Hoy sigue siendo un lugar de tránsito hacia la agüita. También, en el calvario se detienen los peregrinos más fieles a realizar el rito de salutación al lugar sagrado, antiguamente frecuentado por el mecía. En el lugar, donde habita una humilde familia continuadora del culto, se celebran por igual, fiestas en honor a Olivorio algunos días del año, sobre todo el 24 de junio, día de San Juan.

Luego, una vez en la agüita comienza el rito de entrada al lugar sagrado, matizado por salutaciones y pedidos a cada una de las cruces que forman el camino hasta llegar a la ermita, donde está la foto de Olivorio Mateo. En este tránsito se detiene el transeúnte en cada cruz, hace una petición y coloca una piedra en los brazos de ésta, si se cae la misma, tiene problemas la suerte de dicha persona, pero el hecho de que las piedras se queden donde son colocadas insinúa buena suerte de lo solicitado o de la persona en cuestión.

Al finalizar este recorrido, los visitantes por sexo, acuden al baño para despojarse de toda energía negativa, que será expulsada por la fuerza bendita que se asigna al agua que sale a su vez de una noria o pequeño manantial, casi en extinción. El baño es regularmente desnudo y se cree que aquel que toma del agua que sale de éste por el desagüe exterior, recibe todas las fuerzas negativas de los bañistas. También el agua se introduce en recipientes para ser trasladada a los hogares o santuarios de los visitantes, bajo la convicción de que además posee poderes curativos.







Como vemos es un conjunto de creencias y prácticas que acompañan dicha tradición y que resultan más complicadas de lo que podemos imaginar o reducir a una simple visita, la visita en sí va acompañada de esa carga simbólica que la convierte en una importante manifestación de la cultura religiosa popular de nuestro país.

Solo queremos llamar la atención acerca del manantial que sirve como soporte básico a esta tradición, que de secarse desestructuraría el complejo cultural y socioreligioso que se da en su entorno, por lo que advertimos en la necesidad de buscar la manera de hacerlo más fluido y evitar con ello que perezca la práctica cultural.


Carlos Andujar

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