martes, 6 de enero de 2015

Los toros del Cristo de Bayaguana

El 28 de diciembre y días antes llegan a la comunidad de Bayaguana feligreses desde distintos puntos del país para celebrar la peregrinación del Cristo de Bayaguana.

La particularidad de esta celebración estriba en la donación de reses a la iglesia de Bayaguana, y esta entrega tiene por función, además de una ofrenda por devoción al Cristo, ayudar al mantenimiento de las actividades de la iglesia.

La tradición se remonta a la época colonial ligada a las comunidades de Bayajá y Yaguana, incendiadas durante las devastaciones de Osorio en los año de 1605 y 1606. La devoción al Cristo estaba relacionada con el  encuentro en las costas del norte de la isla, de la imagen en madera de Cristo , por parte de un niño, hecho considerado milagroso.

Trasladadas las comunidades a esta parte de la isla, trajeron consigo el Cristo, el cual fue fundido en una masa de metal,  producto del dinero de las ofrendas, cayendo éste extrañamente en un punto que resultó ser el lugar donde se construyó la antigua iglesia de Bayaguana.



Por la naturaleza de la región: campos ganaderos de extensas sabanas, la gente articuló este hecho a la devoción, organizando una peregrinación en la antigua iglesia de Bayaguana que tiene por misión entregar como ofrenda, toros y novillos al Cristo, es decir, al cura, los cuales al finalizar la ceremonia sagrada del 28 de diciembre, se concentran  en un corral  improvisado para ser finalmente subastados a los ganaderos y público en general,  el 1 de enero.

Para organizar este complejo ritual sagrado, existen los Comisarios de la Cofradía del Cristo, que tienen por finalidad colectar dinero y reses en sus respectivas comarcas, planificar y dar cumplimiento a la romería del 28 de diciembre, entre otras cosas. Para el desarrollo de esta peregrinación se hacen acompañar de salves y cantos de porfía (conocidos como cantos de toros, que es uno de los rasgos  peculiares de la misma, además, de la entrega de los toros), descansando en la gente la organización del culto.

La festividad sagrada es una representación genuina de las distintas manifestaciones culturales del pueblo dominicano(a), a tal punto que se puede considerar la misma como la más secular de las peregrinaciones del país.
En ella es frecuente observar en el parque un conjunto típico y parejas del pueblo bailando con estilos muy tradicionales.

También es frecuente  el mercado con  ventas de ropa, comida, bebidas alcohólicas. Jinetes cabalgando  sus calles, grupos entonando salves y tonadas y personas de muchos rincones del país y dominicanos residentes fuera que van a cumplir alguna promesa. Las características de la celebración  me  hacen pensar en un verdadero carnaval  popular de la cultura tradicional dominicana.

Su aspecto singular está relacionado a la presencia de los Comisarios como figura central responsables del mantenimiento de la tradición y del cumplimiento de sus metas: la entrega de toros y novillos, además del cumplimiento de una promesa particular, pero también encontrar un espacio para la diversión, el placer, y la satisfacción de la necesidad lúdica humana, ingrediente que la vincula, al margen de sus convocantes, con otro referente lejano: la espiritualidad africana, sagrada y secular al mismo tiempo.

Carlos Andújar


No hay comentarios:

Publicar un comentario