viernes, 5 de mayo de 2017

CIEN AÑOS DE MEMORIA SOCIAL. El movimiento mesiánico Liborista. 1910-2013


Encuentro sobre la memoria social. Universidad Antille-Guyannes
Martinica, abril 2013
Carlos Andújar Persinal
Introducción
En América Latina y el Caribe, el mundo sagrado ha adquirido una dimensión verdaderamente grande en el conocimiento de la fenomenología cultural que explica, no sólo identidades diversas y mestizadas, sino también mentalidades que han conjugado diferentes cosmogonías en un mismo espacio que la historia y la cultura se han encargado de recomponer favorablemente un escenario particularmente especial en lo social y lo cultural, apoyado en una historia que, marcada por la llegada de los europeos al continente en 1492, cambió el curso de los pueblos  aborígenes del continente, pero igualmente de los demás continentes que se hicieron presentes, forzados o no, en esta, llamado por el intelectual Eduard Glissant, la primera globalización, en conferencia dictada en Santo Domingo en las celebraciones de la Feria Internacional del Libro 2002.
En el marco de esa realidad socio-histórica y cultural, América pero sobre todo el Caribe es un laboratorio de experimento social y cultural pues esta es la región de América donde estos encuentros culturales tuvieron mayor repercusión ya que fue el lugar convertido en frontera imperial como le llamara el profesor Juan Bosch a uno de sus libros, mostrando con ello la fuerza de la región como espacio de confrontación de la geopolítica internacional y en especial de Europa.


Este hecho de naturaleza política e histórica, convierten el mundo caribeño en el de mayor atención en eso que se ha dado en llamar mestizaje cultural y de mentalidades. La presencia en éste de pueblos y culturas procedentes de África, Asia, Europa que en su momento juntasen con los aborígenes que habitaban estas islas, hacen del Caribe un lugar excepcionalmente apasionante para el estudio de sus culturas y sociedades.
La presencia de los diferentes imperios en época colonial ha hecho del Caribe una amalgama de formas, enfoques, maneras de ver y asumir la cotidianidad, con una elasticidad y visión no sólo atemporal en la manera de situarnos en el mundo, sino con una esperanzadora expectativa del futuro a pesar de los dolores causados por una historia llena de heridas, desconocimientos y ausencias, es una experiencia que se expresa en un real maravilloso como lo definiera Alejo Carpentier en el Reino de este Mundo, cuya frase lo encierra todo: pasión, conciencia, memoria, dolor, alegría, sonoridad, espiritualidad, corporeidad, musicalidad y por sobre todo, identidades fusionadas bajo el amparo de la historia, la cultura, la política, las coincidencias históricas y la construcción de un mundo a partir de un imaginario múltiple y diverso que a la vez ha creado unicidades y pueblos con historia y cultura propias.
En toda esta apretada síntesis universal de las culturas que es el Caribe (como lo pensar el difunto pensador cubano e intelectual Joel James), el alma espiritual es unidad, diversidad y multiplicidad como parte de un interior complejo y profundamente humano y sensible. reciclada las distintas cosmogonías, la vida religiosa caribeña es rica y sincrética. La impronta católica pesa tanto como la protestante, huella de un pasado colonial que marcó a sus pueblos pero sin dejar fuera la presencia africana, las creencias y prácticas de los primeros habitantes, sin contar otras devociones y visiones como la hindú o musulmana, además de la lejana china, todas responsables de un tejido espiritual de trazos cerrados y particulares cada uno, pero entretejidos en uno sólo.
De estas expresiones y muestras religiosas, el mesianismo ha tenido una participación sinigual en el Caribe, en Cuba en las primeras tres décadas del siglo XX se conoció el protagonismo de una mujer que mantuvo un activismo religioso alrededor de sus dones y poderes curativos. En Guyanne, se hiso famoso la muerte o suicidios colectivos del profeta y sus feligreses en un acto milenarista de gran repercusión noticiosa. En República Dominicana es todavía motivo de estudio el movimiento liborista del sur del país y que será tema de desarrollo de esta ponencia.
En muchas partes del mundo han surgido y se han desarrollados movimientos mesiánicos cada caso explicado a partir de su contexto geográfico e histórico. Lusitania Martínez en su obra sobre el Liborismo, cita continentes y lugares donde se desarrollaron importantes movimientos mesiánicos por causas disimiles pero teniendo como denominador común la desesperanza de sus seguidores ante situaciones de vacío y conflictos sociales de supervivencia y a cuya lista enunciada por la autora más abajo nosotros agregamos los casos de México.
"De interés son también algunos de los movimientos religiosos que desde 1959 hasta hoy se han desarrollado en el Caribe, esencialmente como reacción a las religiones occidentales institucionalizadas y a favor casi todos, de las creencias afrocaribeñas de Jamaica, Martinica, Guadalupe, Haití...El análisis de estos movimientos Rastafari, Mahikari, Adventista, de Los Apóstoles del Amor Infinito, Carismático, et. muestran que es posible encontrar un lado de resistencia en la religión, y que lo cultural y lo racial, también son mecanismos clasistas de lucha activa contra la dominación, fuera de la causa socioeconómica que explica la protesta social como reacción del descontento que envuelve a los creyentes" [1]
Marco histórico y conceptual
Como sabemos son mesiánicos aquellos cultos que guiados por un líder o mesía se autodefine escogido y portavoz de la palabra divina de dios, y su representante en la tierra de éste. Es también el mesianismo un culto basado en la muerte o revelaciones de su principal profeta escogido para cumplir esa misión.
La naturaleza de estos movimientos han sido estudiada por sociólogos y antropólogos, además de historiadores por sus implicaciones sociales pues su razón de ser de naturaleza espiritual, termina siendo desbordada por una de procedencia social que lo hace trascender más allá de sus ontogénicas causas.
"La creencia milenarista espera un mundo totalmente transformado respecto al vivido. Ese mundo es el Milenio. Cuando el grupo simpatizante de las creencias milenaristas dispone de un guía o líder religioso que se supone lo conducirá al Milenio, entonces estamos ante un movimiento mesiánico...Los movimientos mesiánicos puede ser rurales y urbanos. son movimientos milenaristas a tratar dentro de los movimientos religiosos un tipo diferente de movimiento campesino"[2]
La fuerza espiritual de una región de un país determinado marcada por múltiples religiones, y motivaciones de órdenes sociales, económicas y políticas además de culturales, son factores determinantes para que en un momento determinado se desarrollen estos movimientos mesiánicos, sobre todo, en sociedades donde la ruralidad posee un gran peso en la composición social, la mentalidad y la vida económica de una región. También los vacios políticos, la desventura y el abismo asumido como visión colectiva, se prestan para que se engendre este tipo de movimiento, que termina canalizando cuestiones y necesidades de tipo social y política, por la vía espiritual.
En la República Dominicana vivimos un caso que refleja con fidelidad estas circunstancias metodológicas y teóricas que explican el fenómeno, nos referimos al surgimiento del liborismo en la provincia de San Juan en el sur del país. Esta región de fuerte arraigo rural y con un dominio del campesinado en sus formas económicas, era a principios del siglo XX foco de atención por parte del capital agrario que inició un proceso de expropiación y descampesinización de sus estructuras agrarias que impactó negativamente en su vida social, en la gente y su mentalidad.
"Los distintos elementos que se han analizado crearon las condiciones para que se configurara a partir de la intervención norteamericana, una presión por la tierra, que sería llevada a cabo en los años siguientes por el capital comercial, en alianza con notarios y agrimensores"[3]
Con una presencia de un liderazgo político-social caudillista y cacical encabezado por el general Wenceslao Ramírez, sus relaciones sociales estaban pautadas por una especie de compadrazgo social dominadas por estos caudillos locales y a estos factores de orden social se le sumó otro de orden espiritual ya que la provincia era de fuerte tradición religiosa en sus distintas manifestaciones: catolicismo popular, vudú, cofradías y otras creencias que sostienen el imaginario sagrado popular.
"A diferencia de a región del Cibao y el Este, en las cuales el capitalismo se introdujo a partir de la producción de azúcar, café, cacao y tabaco para la exportación, la región suroeste dependió más de productos para consumo interno y se mantuvo se mantuvo en un relativo aislamiento y vinculación con Haití."[4]
No obstante, la gravitación de una ruralidad aun no desplazada de la vida social y la cotidianidad de sus gentes, creaba un tejido social complejo al que se le sumó la muerte a finales del siglo XIX del dictador Ulises Heureaux que creó un vacío político y una lucha caudillista desangrante a principios de siglo que es cuando aparece la figura motivo de este ensayo: Liborio Mateo. Estos hechos están igualmente ligados a otros causantes la intervención americana en suelo nacional en 1916.
"El tiempo de Liborio es un tiempo de calamidad para sus campesinos. Es el mismo tiempo de Ramón (Mon) Cáceres y su guardia, de los Hermanos Victoria y la suya, tiempos de inestabilidad política, de montonera, del apoderamiento de las aduanas nacionales por tropas y agentes norteamericanos (Iera. intervención Norteamericana), época de la apropiación de las compañías azucareras de 2,800.000 tares de las mejores tierras dominicanas y expulsión de os campesinos de ellas; esto ocurre en el Este y en el Sur principalmente"[5]
El mesia
Campesino analfabeto de una trentena de años, hecha días en empalizadas de parcelas de sus alrededores (jornalero agrícola), dominador de la montería como forma de vida, Liborio Mateo de padres católicos y practicantes del curanderismo, crece de un mundo rural, pobre, de profunda convicciones religiosas populares y cargado de un ambiente rural, de creencias diversas y en una lucha social entre un campesinado que se niega a desaparecer y un capital agrario acompañado del Estado, que los excluyen del proceso de desarrollo iniciado en esos años.
El huracán de 1909 es el acontecimiento natural que vendría a justificar esta historia debido a que Liborio Mateo desaparece y lo dan por muerto, su familia realiza los actos funerales en cuerpo ausente, al final de los 9 días aparece el dado por muerto, explicándose como un escogido del Arcángel San Gabriel para difundir la palabra divina. Dos cosas de entrada impactan a sus compueblanos: su desaparición y los argumentos de su reaparición, a lo que habría que agregar la fuerza de su palabra como orador, los resultados de sus prácticas curanderas, como sus milagros y profecías. En su relación con los demás era humilde pero firme, integrador, de cultura homóloga, con trato directo y efectivo.
Desde entonces el profeta, Maestro, mesia, curandero, misionero Liborio Mateo comienza a perfilarse como líder religioso entre sus gentes al principio, para más luego serlo de otros pobladores venidos de distintas regiones del país en peregrinación a su lugar espiritual: la comunidad de Maguana en San Juan. Allí funda una misión, un centro de peregrinación, un calvario, un altar y un lugar santo llamado La Agüita de Liborio donde solía bañarse y santiguar a sus seguidores, usando con fines curativos su agua, considerada bendita por los visitantes.
El auge del mesia trajo consigo celos, confrontaciones con los grupos de poder: comerciantes, representantes del poder político esta vez, norteamericano pues se había producido en 1916 la primera ocupación del país. Además se oponía la jerarquía de la iglesia, los estamentos judiciales, la clase media urbana de la ciudad e intelectuales.
A pesar de la oposición, su liderazgo siguió acrecentándose y cada vez más competía con los líderes regionales, para su época nadie convocaba más personas que él, sobre todo de los estratos pobres y rurales. Su peregrinación afectaba la producción agrícola porque los campesinos preferían desplazarse a sus cultos que a los conucos y fincas.
Sin embargo, la confrontación que más luego lo convierte también en guerrillero se da con el ejercito de ocupación norteamericano pues los conflictua la decisión del desarme de la población civil asumida por los norteamericanos, siendo el campamento liborista un lugar que era no sólo protegido por una milicia civil, sino sitio donde la gente acudía armada portando armas blancas: cuchillos, puñal y piezas de ese tipo. No hubo por tanto entendimiento entre ambas partes y el conflicto se hiso parte de los últimos años de vida de Liborio Mateo.
Dos hechos traumáticos en este movimiento mesiánico
1. Estas confrontaciones entre Liborio Mateo y el ejército norteamericano se hicieron parte del accionar del movimiento mesiánico que cada vez más convertían a los americanos en enemigos del culto. Si líder religioso hace de la práctica militar una forma adicional de su vida. Influenciada su visión antiimperialista por Samuel, lugar teniente del mesia Liborio y de procedencia martiniqueña pero que había vivido en Haití, Liborio Mateo lleva hasta las últimas consecuencias su confrontación con las tropas de ocupación que habiéndose producido varios encuentros militares entre ellos del cual salía bien, lo cual alimentaba la sugestiva creencia entre sus seguidores de un poder no terrenal que le protegía.
"Ahora es tiempo de cosechas, Juan Samuel un Cocolo oriundo de las Canarias, y procedente de San Pedro de Macorís; su negocio necesita de mucha movilidad, por ello se ha radicado en el pueblo de Azua de Compostela desde donde se traslada a San Juan de la Maguana, convirtiéndose en un gran predicador..El Señor Olivorio Mateo Ledesma es uno de ellos -seguidores C.A.-"[6]
Aunque la procedencia de Samuel, el lugarteniente de Liborio, se le considera entre otros especialistas de procedencia de Saint Martín de ahí lo de cocolo usado por la señora Salvinia en su obra. Son estas confrontaciones y prácticas más allá de lo espiritual que lo convirtieron también al liborismo en un movimiento socioreligioso cuya misión era más allá que espiritual transformándose sin quererlo Liborio Mateo, en una especie de líder social y militar al mismo tiempo que religioso.
Sin embargo, un 26 de junio de 1922 en una colisión militar con tropas del ejército norteamericano es muerto de varios impactos de fusil Liborio Mateo en la cima de la Cordillera Central parte sur. Su cadáver fue bajado en parihuela y expuesto varios días en el Parque Central de la ciudad de San Juan de la Maguana para que sirviera de escarmiento a sus seguidores, pero por casualidad o error de sus adversarios, no se supo que hicieron con el cadáver lo cual despertó el morbo, la curiosidad y sin quererlo en vez de impactar negativamente, siguió la creencia de que Liborio no había muerto nada, como dice una de sus salves o cánticos más famosos.
2. Como resultado de ese pasado traumático pero alimentado no sólo por la especulativa acción del lugar de muerte desconocido de quien fueran líder espiritual de la región y sobre todo, por la fuerza de la memoria social que seguía gravitando sobre los seguidores que vieron abortado su movimiento con la acción desmedida del ejército norteamericano y esta vez en un cuadro social de crisis política, vacío de poder, incertidumbre generada por la muerte de Rafael Leónidas Trujillo  en 1961, el culto resurge en la misma región de San Juan 40 años después, esta vez bajo la hégira de tres hermanos conocidos como los Mellizos Ventura, en la comunidad de Palma Sola en Las Matas de Farfán en el sur, en un lote de su propiedad.
Rápidamente el lugar se dimensiona en el referente popular y los mellizos alcanzan un protagonismo inusualmente preocupante para los grupos de poder y en momentos en que la sociedad vivía la efervescencia de la transición democrática. A pesar de ello y recuperando una vieja identidad inicial, el liborismo de los mellizos se conecta con el sentir del campesinado que sufría como en el momento anterior, una profunda fisura social, un despojo y una acelerada capitalización rural que le hacía perder vigencia y lo reducía a la pobreza y la marginalidad.
Amparado en viejas profecías del mesia comprobadas con el tiempo y en la fuerza de la oralidad, el liborismo recupera su sitial sagrado, pero sigue igualmente confrontado con una parte del poder fáctico de la iglesia, el gobierno de turno y los comerciantes, además de que el prejuicio construido sobre el culto, los distanciaba del mundo urbano, profesionales e intelectuales de la época, como refleja esta crónica-reportaje periodística de los acaecidos el 28 de diciembre en Palma Sola, condicionando los hechos:
"Lo que en apariencia Comenzó en Palma Sola como una reafirmación de de la ignorancia del campesino, poco a poco fue adquiriendo caracteres más graves hasta convertirse en un verdadero organismo de instrucción militar, a donde iban hombres y mujeres posiblemente extranjeros no se sabe con qué propósitos"[7]
La coyuntura de las elecciones nacionales de 1962, de nuevo pone al movimiento liborista dirigidos esta vez por los Mellizos, a jugar un papel socioreligioso pues sus implicaciones como movimiento iban más allá de lo sagrado. Todos los líderes sociales y políticos de la comunidad se le acercaban por el dominio de masas que tenía el movimiento de los mellizos de Palma Sola y ese lugar era centro de peregrinación aun más masivo que en sus primarios inicios, convirtiéndose el lugar en un campamento, no en una comunidad propiamente, pues la gente iba y venía constantemente.
Los poderes fácticos, incluida la prensa escrita, se ampararon en viejos argumentos de salvajismo, inmoralidad, delincuencia y otras inconductas para comenzar a argüir un expediente que terminó con la Matanza de Palma Sola del 28 de diciembre de 1962 ocho días después de las elecciones nacionales ganadas ampliamente por el profesor Juan Bosch y cuyos resultados no favorables a los grupos que ostentaban el gobierno, les hiso reaccionar con tal violencia social en contra del culto liborista:
"La nefasta influencia de los Mellizos se extiende con peligrosa prontitud ante la indiferente actitud del gobierno. Vallejuelo, Jínova, La Maguana, Mogollón, y sectores de Azua y Padre las Casas, están siendo estremecidos por la fuerza e la superstición que destruye sentimientos de Patria, familia, religión, moral y respeto..."[8]
En esta acción de evidente matiz político, igual que lo acontecido 40 años antes, se nota un tinglado politico-ideologico que se relaciona con el proceso político electoral del momento al que el movimiento de Palma Sola no podía escapar a pesar de que su ausencia del proceso, no los liberó del complejo panorama que se vivía en el país para la ocasión, bien claramente expresado por el testimonio del señor----de Carrera de yeguas, las Matas de Farfán:
"Aquí no se conocía política en ese tiempo, cuando vino uno del partido político de la Unión Cívica a la casa Plinio Rodríguez  ofreciéndole  millones de pesas a él y su familia si votaban por la Unión Cívica, como Plinio Rodríguez no se iba a vender, no aceptó delante de mi..." [9]
Extrañamente y como factor desfavorable, el candidato provincial que iba sólo, José María Ramírez descendiente del viejo caudillo ya mencionado, fue el único que obtuvo el triunfo local de todo el territorio nacional razón que complicó las relaciones del movimiento mesiánico liborista con la clase política dominante y que podría ser explicativa del desenlace fatal y como una retaliación política por los resultados finales en que quedó el proceso electoral en toda la provincia.
Una vez mas lo político y social da una dimensión socio-religiosa al movimiento mesiánico aquí estudiado y lo imbrica en una madeja social y política que desborda su propia naturaleza religiosa. Es cierto que su relación indirecta con el catolicismo popular, lo conflictuó también de mala manera con la jerarquía eclesial, sin embargo la acción militar resulta desmedida, sabiendo que apenas su milicia portaba armas blancas y no mantenían hostilidad algún con el poder establecido, una vez más el desarme de la población civil, la desmovilización y desintegración del campamente liborista se hicieron justificativa de la presencia militar en el lugar, teniendo un  final fatídico con acusaciones de la prensa internacional hasta de genocidio a dicha acción, en contra de la versión oficial opina Céspedes lo siguiente:
"Ahí no había gente armada, eso decían ellos, ahí lo que había era gene con cuchillitos, era una guardia interna. Ellos estaban ahí buscando la palaba de Liborio...No había nada, la masacre ellos la hicieron porque quisieron" [10]
Se habla de más de 200 muertos, miles de heridos y muchos prisioneros, sin embargo queda aún por contar toda esta historia que tiene protagonistas aún vivos, muertos por enterrar y páginas de historia por escribir, en la versión oficial se habla de forma conservadora de no más de 40 muertos, decenas de heridos y cerca de 673 detenidos, según la prensa local (Periódico El Caribe del 31 de diciembre de 1962).   Chequear.
 La cicatrización de la memoria social
Naturalmente que dos acciones sangrientas contra un mismo movimiento en menos de 50 años habría de provocar una reacción traumática en la memoria social de sus continuadores y adeptos a tal punto que su referencia trae siempre reticencia y silencio de actores y responsables. En toda América es tal vez el único movimiento de esa naturaleza embestido en dos ocasiones por el poder constituido y a pesar de ello pervive a pesar del trauma psicológico presente en la timidez de hablar del mismo o simplemente en versiones encontradas, que dan los testigos de los acontecimientos.
El impacto psicológico de los dos acontecimientos no ha borrado de la memoria social y de las prácticas y creencias populares de campesinos y seguidores de todo tipo, que hoy tiene el movimiento, sin embargo es innegable la manera que el mesianismo liborista se hace representar hoy a través de distintas expresiones de la religiosidad popular como pudimos contactar en investigaciones de campo realizadas recientemente con estudiantes nuestros de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, sobre este particular.
Las formas sutiles, encubiertas, enmascaradas, maquilladas y a veces evidentes del liborismo es una resistencia del culto y sus seguidores a desaparecer y debido a lo frustrantes hechos que en dos ocasiones les ha pasado, se convierte en factor de timidez, sin que ello afecte su fe, convicciones y creencias a pesar de lo doloroso de aquellos hechos acaecidos en un pasado remoto y reciente, como destaca el investigador sanjuanero Roberto Rosado en su ponencia: La cofradía del espíritu Santo del Batey:
"Hay una relación entre la cofradía y los olivoristas. Su origen Está vinculado a la familia acomodada de los Alcántara, uno de cuyos miembros dotó a la institución de una herencia."[11]
La fuerza de esta tradición es tan impregnante en la zona que no es posible definir la identidad de la región al margen del liborismo que se convirtió en un momento determinado en una expresión auténtica del hombre común del lugar,  un modo de vida con valores y rasgos culturales propios como la música, la salve o canticos religiosos, altares, símbolos sagrados, banderas distintivas, formas curativas particulares, etc.
La pervivencia del movimiento. La fuerza de la memoria social
Hoy las más importantes manifestaciones de la religiosidad popular y la propia iglesia católica, son fuertes por la presencia y simbiosis que han recibido del liborismo que ha encontrado un mecanismo expedito para pervivir a través de esas expresiones religiosas como las cofradías, el vudú de la zona, el catolicismo popular y hasta el institucional, el culto a los muertos y sus símbolos permean la región así como algunos centros de devoción abiertamente liboristas presentes en la misma.
A todo ello se suma una actitud de romper el miedo por parte de quienes han conservado en su memoria, una reprimida versión que comienza hoy a encontrar caminos para explicarse, contarse, reafirmarse y resistir al ostracismo del otro.
Su permisibilidad actual como si se tratara de un mea culpa, hace posible que una parte de la población urbana y citadina de San Juan de la Maguana, intelectuales, empresarios, sectores profesionales de clase media, políticos y otros funcionarios, se asuman abiertamente como liboristas y actúen en consecuencia sin que ello cause ningún rechazo.
Por la resistencia a desaparecer, por la fuerza con que la tradición oral lo alimenta, por la validación social que aún poseen las profecías y practicas curativas del mesia, el liborismo no sólo es memoria social sino también vida cotidiana, identidad, resistencia, al mismo tiempo.
Una deuda con la memoria
La sociedad dominicana no obstante tiene una deuda con la memoria social de aquellos que fueron asesinados en los acontecimientos del 28 de diciembre del 1962 y con los muertos provocados por las tropas norteamericanas de 1922 en la que cayera el principal mesia del culto, Liborio Mateo.
Es deuda porque esa historia se ha contado desde el poder y una parte de la intelectualidad ha develado sólo pasajes de la verdad, por tanto queda pendiente recuperar de la memoria aquellos testimonios faltantes que nos permitan recomponer los hechos y explicar la historia con todos sus componentes, con todos sus testigos, con todos sus culpables, con todos los afectados, con todas las razones: las del poder, las de la iglesia, las de los liboristas, la de los grupos de poder económico, las del poder factico en sentido general pero también, la versión del campesino practicante, del hombre militante de la causa liborista, de los responsables portadores de la tradición, en fin de todos aquellos que aun no han dado su versión y testimonio de una historia que como hemos dicho, aún falta por contar algunos capítulos.
Tenemos una deuda  con la memoria porque el poder impuso sus razones y poco se sabe de lo que allí acontecía siendo a penas investigado el hecho en los últimos 20 años por una nueva corriente de investigadores lo cual ha permitido aquilatar otra versión más justa de los hechos. Es obvio en todo este proceso investigativo, la presión y autocensura impuesta por muchos de los protagonistas de los hechos de ahí la necesidad de profundizar en la historia oral para recuperar de la memoria la otra historia y  poder esclarecer los hechos. De tal magnitud se reprimieron los seguidores y descendientes directos de los Mellizos de Palma Sola que hasta el apellido se quitaron para no despertar sospechas, según versiones de familiares en entrevistas realizadas.
Es una deuda porque la intelectualidad de la época se hiso cómplice con las acusaciones de diciembre de 1962 y de junio de 1922, desmontar mitos y falacias es una responsabilidad con la historia, los hechos y la sociedad toda. A dichas acciones de omisión se le sumó la prensa de la época en ambos acontecimientos y por supuesto, la complicidad de mucha gente, instituciones y personalidades.
Un desagravio necesario
Recientemente como parte de una investigación iniciada en la universidad con mis estudiantes, un equipo del Archivo General de la Nación donde trabajo como investigador, conmemoró con un conjunto de acciones los 50 años del triste acontecimiento de la matanza de Palma sola de 1962 y nos trasladamos un equipo a un encuentro con portadores de la tradición, creyentes, testigos, autoridades comunitarias, descendientes de familiares y líderes del culto muertos en dichos hechos.
Buscando una versión de los testimonios más confiables, encontramos una convicción de justicia y consagración de quienes no solo perdieron familiares y amigos, sino de los que hoy se reafirman seguidores del culto a pesar de la debilidad estructural del mismo debido entre otras razones a la avanzada edad de uno de los sobrevivientes de los hermanos líderes del culto: León Ventura, hoy con 84 años y aquejado de quebrantos. Su ausencia debilita las prácticas, genera cierta dispersión, pero al mismo tiempo ellos reaccionan con templanza ante el futuro.
Su desafío hoy nos llevó a ubicar un lugar hasta ahora desconocido por los investigadores donde reposan muchos de los muertos del desmesurado hecho militar. Tres fosas comunes, eje principal también de nuestro trabajo de campo, se encuentran en un lugar del campamente, hoy abandonado, donde se produjeron las confrontaciones que dejaron muertos, heridos, detenidos incluyendo las cabezas de ambos bandos: el general Rodríguez Reyes y Plinio Ventura, además de otros jefes que quedaron heridos como el Coronel Francisco Alberto Caamaño y otro de los mellizos y la fuerza y validación de fenómeno de la fosa común lo afirma el Señor Otilio cuando decía:
"Al otro día de pasar la guerra, el señor Diógenes Luciano, Síndico, andaba buscando gente para enterrar los muertos que habían quedado sobre el suelo, me buscó a mí, al difunto Levi, a Lugo, eran más, no me acuerdo. Llevamos sacos e hicimos parihuelas, al llegar allí, habían varios hoyos que hicieron ellos-la gente- y uno grande era una cisterna vacía y dijo el Sindico que se procediera a enterrar a esos muertos y alguien dijo que había un hoyo grande que cabían muchos y comenzamos a tirar gente ahí...Hasta las 3 de la tarde, había gente quemadas, le dieron candela a mucha gente..."[12]
Tanto fueron los muertos, cuenta la tradición oral, que al otro día del acontecimiento, el Alcalde de Carrera de Yeguas, comunidad jurisdiccional, decide abrir tres hoyos para enterrar esos muertos que yacían por doquier sobre el campamento liborista agredido. Estas fosas comunes comenzaron a recibir cadáveres en la mañana temprano del 29 de diciembre del 1962, hasta que en la tarde por órdenes del ejército se detuvo la acción que no era oficial, se sellaron las mismas y este hecho pasó vedado a la memoria de los liboristas.
La prensa local, el gobierno, los militares y los comunitarios nunca opinaron. No se sabe donde está enterrado el principal jefe religioso del culto y su hermano Mellizo, por tanto éste último descenso al lugar de los hechos el pasado 27-28 de diciembre del 2012, fue de gran significación debido a que ya el veto histórico inconsciente se levantó de la memoria social de liboristas y autoridades actuales comunitarias y se afirma que en esos lugares o fosas comunes se encuentran enterrados una parte de los muertos de la matanza conocida como Palma Sola. Otros murieron huyendo y sus restos se enterraron donde morían.
Buscamos en la prensa, libros y otras fuentes y las fosas no son mencionadas, la fuerza y validación de la palabra y una memoria social liberada de trabas y temor se dispuso a contar otros capítulos pendientes. Entre ellos, los protagonistas confrontaban la información y era asombrosa la coincidencia de un hecho tan trascendente para su reafirmación social y cultural además de espiritual, cómo la palabra desbordada como torrente informativo y socialmente validado, colisionaba con complicidades, omisiones, temores y desatinos del pasado para convertir en una lapidaria verdad que sacudía otras interpretaciones históricas hoy cuestionadas por la palabra transformada en memoria social como fuente histórica y verdad única.
Algunas consideraciones finales
1.- Luego de lo contado es necesario redoblar la confianza en la oralidad como fuente histórica y social de validación y rigor científico.
2.- Los hechos que conservan cicatrices históricas sólo se destapan con una ética profesional y una voluntad de los grupos portadores de revelar el pasado, apoyándose en la memoria y la valentía de comunicar, es decir, la palabra.
3.- Una vez conocida la verdad de las fosas queda como alternativa dos cosas, o se convierte el lugar en centro de peregrinaje que rinda culto a los caídos en el lugar y sus jefes religiosos, o se inicia una investigación aplicada de antropología forense que procure devolver los restos a familiares y allegados para su sana sepultura.
4.- Estos estudios tienen retos profesionales por sus implicaciones políticas y sociales, sólo siendo parte de un programa interinstitucional y de corte estatal por su naturaleza y costos, pues debe implementarse un proyecto arqueológico y de antropología forense de envergadura y por su propia definición, ha de ser un estudio multidisciplinario.
5.- Sólo con estas acciones se produce un desagravio a quienes la historia y el poder han negado una tumba, un lugar en el pasado y en la historia dominicana. El respeto y la tolerancia a la diversidad religiosas obliga a reconocer con un monumento a quienes cayeron en la defensa de un derecho cultural y religioso, gracias a la memoria social como reservorio de la resistencia y en homenaje a sus ancestrales portadores y demás líderes religiosos y seguidores, hoy podemos conocer otro capítulo de la historia no contada, o mal contada o contada a medias.
6.- Finalmente, los muertos que no se entierran, que no se lloran, que no se velan en funeral (su rito de  despedida), pesan mucho en la memoria social de familiares, amigos y allegados, en un grupo o en un país, debemos pues proceder a recuperar de la memoria social o colectiva, estos muertos para que sus almas dejen de penar y sus dolientes encuentren una paz interior al liberarse de ese trauma interior, de esa cicatriz que no termina de curar.-
Bibliografía

1.    Andújar Persinal, Carlos. Diálogos cruzados con la dominicadad. UASD. 2013.
2.    Cassá, Roberto
3.    Castro, Aquiles. Palma Sola a la luz de la prensa de la época. Citado en Bol. AGN. Año LXXXIV. Vol. XXXVII. No 133. Mayo-agosto 2012.
4.    Carpentier, Alejo. El Reino de este mundo. 1949.
5.    Deive, Carlos E. El olivorismo: Estudio de un movimiento mesiánico. Boletín del Museo del Hombre Dominicano. No, 3. 1973.
6.    De León Lazala, Sobieski. Palma Sola y Liborio. Una misma lucha identitaria y campesina. XV Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 5 de mayo 2012. Foto copia.
7.    Figuereo, Leopoldo
8.    Garrido Puello, E.O. Olivorio: Un  Ensayo Histórico. Librería Dominicana. Santo Domingo. RD. 1963.
9.    Lizardo, Luis Francisco. Palma Sola. Editora Manatí. 2001.
10. Lundius, Jan. Olivorio Mateo: Vida y muerte de un dios campesino. STOCKHOLM. 1989.
11. Paniagua, Ramón. El siglo XX en San Juan de la Maguana. En el Seminario Historia y cultura de San Juan de la Maguana. INDIA-UASD-CURO. AYUNTAMINTO DE SAN JUAN DE LA MAGUANA. 2012.
12. Rosado, Roberto. La cofradía del Espíritu Santo del Batey. En el Seminario Historia y cultura de San Juan de la Maguana. INDIA-UASD-CURO. AYUNTAMINTO DE SAN JUAN. 2012.
13. Martínez, Lusitania. Palma Sola. Opresión y esperanza. (Su geografía mítica y social). Academia de Ciencias de la República Dominicana. 2003.
14. Moreta, Ángel. Capitalismo y descampesinización en el suroeste dominicano. AGN. Vol. LXXXI. 2009.
15. Caminero, Salvinia. José Olivorio Mateo. Curandero, guerrillero. Editora Logos. San Juan de la Maguana.
16. Zabala, Rubén
17. Valenzuela, Edgard. Compilador. Tesoros ocultos del periódico El Cable. AGN. Vol. CLIX. Santo Domingo. 2012.
18. Periódico El Caribe. 29 de diciembre. 1962 
Anexo (Fotos)




[1] Martinez, Lusitania. Palma Sola. Opresión y Esperanza. (Su geografía mítica y social). Academia de Ciencias de la República Dominicana. 2003. P. 52.
[2] Íbidem. P. 35
[3] Moreta, Ángel. Capitalismo y descampesinización en el suroeste dominicano. Archivo General de la Nación. Vol. LXXXI. 2009. P. 77.
[4] Paniagua, Ramón. El siglo XX en San Juan de la Maguana, Ponencia. Seminario: Historia y cultura de San Juan de la Maguana. 2012. INDIA-Universidad Autónoma de Santo Domingo-CURO.
[5] De León Lazala, Sobieski. Palma Sola y Liborio. Una misma lucha identitaria campesina. Ponencia XV Feria Internacional del libro, Santo Domingo 5 Mayo 2012. P. 2.
[6] Caminero, Lic. Salvinia. José Olivorio Mateo. Curandero, guerrillero. Editora Logos. P. 11.
[7] Periódico El Caribe. Sábado 29 de diciembre de 1962. Título de portada.
[8] Castro, Aquiles. Palma Sola a la luz de la prensa de la época. En Boletín del Archivo General de la Nación. Año LXXIV. Vol. XXXVII. No. 133. Santo Domingo Mayo-agosto 2012. P. 402.
[9] Informante de Carera de Yeguas, 28 de diciembre del 2012, en conversatorio dentro del Ayuntamiento de la comunidad. Testigo presencial del hecho.
[10] Señor Céspedes, residente en Carrera de Yeguas, testigo presencial del hecho y militante liborista.
[11] Rosado, Roberto. La cofradía del Espíritu Santo del Batey. Ponencia. Seminario Historia y cultura sobre San Juan de la Maguana. Noviembre 2012. INDIA-UASD-CURO.
[12] Señor Otilio Morel. Testigo de acciones al día siguiente de la matanza. Residente en Carrera de Yeguas, las Matas de Farfán, ex síndico de la comunidad.

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